ASAMBLEA SANJUANINA
CONTRA LA CONTAMINACIÓN Y EL SAQUEO
Somos una agrupación de
personas que se unen para resistir y desarrollar la lucha contra el modelo de
explotación saqueante y secante que realizan las grandes empresas
multinacionales con nuestra tierra.
En San Juan venimos
trabajando desde el 2003 cuando se hace urgente salir a denunciar y evidenciar
las consecuencias nefastas actuales que una empresa de megaminería como Barrick
Gold, junto a los gobiernos provinciales y nacionales que entregan recursos sin
ningún tipo de freno, avasallan con nuestras montañas, delapidan el bien más
preciado como es el agua y explotan y extraen minerales para respaldo
financiero del sistema capitalista de los grandes países.
Creemos firmemente que es
a través de la organización asamblearia (en donde no hay líderes ni
subagrupaciones que levantan banderas diferenciadoras) que lograremos
acrecentar nuestra lucha y fortalecernos para evidenciar que otro modelo de
vida es posible.
Sí a la Vida!, Sí al agua
como derecho humano! Sí a las relaciones más cooperativas
LUCHA AMBIENTAL EN SAN JUAN
(Reseña/ escritos de la Asamblea Sanjuanina contra la
Contaminación y el Saqueo)
A la provincia de San
Juan también llegó el 2001. Noches de cacerolazos y asambleas en la Plaza 25 de
Mayo dieron un impulso a las formas de participación popular y democracia
directa. Pero la historia de la minería en la provincia se remonta más allá.
Históricamente existen en
la provincia emprendimientos mineros de extracción de piedras de diferentes
calidades y de cal. Sin embargo, la actividad productiva por excelencia siempre
ha sido la agricultura (y en especial la vitivinicultura), actividad que no se
enfrentaba a la minería puesto que una no dañaba a la otra.
Durante la reforma
constitucional menemista, cuando el actual gobernador de San Juan, Jose Luis
Gioja, era legislador nacional, se transformaron las leyes mineras, exigiendo
la entrada de capitales extranjeros para la inversión en el sector y el
traspaso de la potestad sobre el subsuelo a los poderes provinciales, además
del establecimiento de regalías mineras que eran –y son- un regalo para las
empresas.
“La reforma constitucional de 1994 fue
evidentemente un parteaguas, pues implicó un cambio profundo en la relación con
la explotación de recursos naturales; por un lado, consagró la
provincialización de los recursos naturales (gas, petróleo, minería), que dejó
de depender del Estado central; por otro lado, marcó la renuncia del Estado
(nacional y provincial) a la explotación de aquéllos, lo que dio paso a una
obligada privatización”[i].
La explotación de la
cordillera sanjuanina, para la extracción de oro y otros metales valiosos,
comienza con la exploración de la empresa Barrick Gold, durante la cual se
empieza a explotar –literalmente, de hacer explotar- la montaña. Luego de haber
determinado la existencia de una cantidad considerable de mineral se decide
armar la planta de tratamiento donde se lo separa de la roca sin valor
mercantil. Este tratamiento involucra cientos de litros de agua por segundo y sustancias
contaminantes como el cianuro. Barrick construye sus primeras instalaciones en
alta montaña, en la zona de Veladero[ii], en tierras que
eran parte de la Reserva de Biosfera de San Guillermo, y que fueron
“patrimonializadas” para entregarlas a la explotación[iii],
poniendo así en juego 900.000 hectáreas, que albergan un sistema de glaciares y
ríos que nutre a más de la mitad de la provincia, y la reserva de guanacos y
vicuñas más grande del mundo.
Al mismo tiempo que se
instala en la cordillera, también se instala en los medios de comunicación, en
las acciones gubernamentales y en las poblaciones cercanas a su actividad, como
Jachal e Iglesia. Hace publicidad de sí misma, hace campañas educativas y
talleres de cosas que poco tienen que ver con la minería, pone su auspicio a
toda fiesta municipal, departamental o provincial, da subsidios a productores
agrícolas de la zona, compra banderas de ceremonia para las escuelas, dona
zapatillas y camisetas a pequeños equipos de fútbol, pone alguna que otra
computadora. Una docente jachallera que aparecía en un documental se preguntaba
si las empresas explotan oro y ese es su negocio, ¿qué necesidad tienen de
hacer propaganda para nosotros que no le vamos a comprar su oro? ¿Qué es lo que
quieren conseguir con tanta publicidad? Generar una imagen de responsabilidad y
compromiso con la población de la región, la de una empresa omnipresente que se
preocupa por cada minucia de la vida ciudadana, ocultando bajo ese rostro la
expoliación del ambiente y su gente; dando dádivas o algunos trabajos de
contrato limitado, obteniendo a cambio la dependencia de los trabajadores;
conseguir que nadie se queje ante las evidencias de contaminación.
La instalación de Barrick
no fue un secreto para nadie, pero las voces que denunciaban el megaemprendimiento
como una empresa extractiva, saqueante y contaminante, apenas se escuchaban.
Hubo que esperar unos años para que el conflicto se instalara en la población.
Hubo que esperar hasta hoy para escuchar a la Cámara Minera de San Juan interpelar
al gobierno nacional diciendo por qué no pudo resolver la situación de siete
provincias en las que no se puede instalar la minería a gran escala,
reconociendo así la victoria parcial de la lucha ambiental a nivel nacional[iv].
En San Juan, hubo algunos
picos de participación ciudadana que se dieron en la ciudad capital y en
Jáchal. Entre pico y pico se lograron sostener organizaciones de tipo
asambleario que nunca dejaron de hacer acciones de rechazo, de información y de
denuncia sobre la minería contaminante.
Un primer momento, en el
2003, involucra la denuncia de un trabajador que había sido despedido de la
minera, sobre el método extractivo contaminante. Comienza la bulla mediática y
un juicio a la empresa. También se da el Informe de Impacto Ambiental donde no
aparece la existencia de glaciares, y se establece contacto con la comunidad de
Esquel –provincia de Chubut- en la que se luchó contra un emprendimiento minero
similar. Comienza a funcionar un espacio autoconvocado de ciudadanos
independientes y de organizaciones de izquierda (y no tanto), que comienzan a
juntarse en el Sindicato de Transporte en la Capital. En Jáchal se organiza el
Congreso Argentino en Defensa de los Recursos Naturales, del que participan
especialistas del lugar y de otros lugares. Se realizan marchas, escraches a
oficinas de la Barrick, interrupciones de denuncia en los desfiles oficiales,
etc. Comienza a circular mucha información de otros emprendimientos en otras
partes del país y del mundo, y sus consecuencias, y sobre los fundamentos
técnicos de la actividad.
Al mismo tiempo, los
medios masivos locales siguen bombardeando con publicidad pro-minera, la pauta
publicitaria rige el contenido de todos los programas y de los artículos
periodísticos. El que no acata es despedido. El gobierno profundiza su política
de cooptación y segregación. El movimiento de autoconvocados decae entre
discusiones internas y disputas sin resolver.
El segundo momento se da
en torno a la conformación de la ASAMBLEA SANJUANINA CONTRA LA CONTAMINACIÓN Y
EL SAQUEO –en la que se involucra además de la discusión ambiental sobre la
contaminación, la discusión política sobre el saqueo imperialista de los
recursos naturales-; el segundo encuentro nacional, en Calingasta, de la Unión
de Asambleas Ciudadanas (UAC)[v]; la televisación de
un programa hecho en Buenos Aires[vi] sobre el
emprendimiento Veladero. Durante su producción comenzó cierto revuelo en San
Juan, Jáchal e Iglesia, y luego de que lo pasaran por televisión, se produjeron
movilizaciones y asambleas nuevamente revitalizadas.
En Jáchal la movilización
se organiza en Asamblea con sede en la Biblioteca Sarmiento, y se realizan
acciones en escuelas y otras intervenciones como el discurso del presidente de
la biblioteca en la fiesta del aniversario de Jáchal. La Asamblea se disuelve
frente a la llegada de las elecciones municipales, con la presentación de
cuatro listas distintas que surgen de ese espacio (y que por supuesto, no
pudieron ganarle al clientelismo del aparato gubernamental).
En San Juan se convocan
en la Plaza 25 de Mayo donde se conforma una Asamblea[vii]
que estará hasta hoy todos los martes en la Plaza, movilizados y discutiendo,
como acto de presencia para visibilizar el problema hacia el conjunto de la
población. Consideran que lo central es brindar información, y por eso se
busca, en un primer momento, sacar todas las semanas un volante con datos y
estados de situación. Se organizan escarches a medios de comunicación,
interrupciones de desfiles, juntadas de firmas, proyecciones de documentales y
programas, con el objetivo de que la gente se sume a la lucha. Se arman también
algunas charlas en escuelas y se intentan realizar acciones en los barrios con
actividades culturales y debate sobre el tema[viii]. También se
hacen fiestas, peñas y festivales para juntar dinero, lo que les ha permitido,
entre otras cosas, obtener un proyector propio.
Las discusiones de la
Asamblea giran en torno a la forma de organización interna, a las acciones a
llevar a cabo y a qué decir. Hay un acuerdo de que es necesario informar en dos
sentidos: por un lado sobre el proceso de producción contaminante de la minería
a cielo abierto, por otro sobre el saqueo de los recursos naturales por
empresas transnacionales. Se alude también a diferenciar a la megaminería
metalífera a cielo abierto de la minería local de piedra y cal. Además se
discute un modelo productivo para la provincia en oposición al modelo minero de
saqueo y contaminación que propone el gobierno.
La Asamblea, a su vez,
participa de un espacio de coordinación a nivel nacional de organizaciones que
luchan contra las formas de producción destructivas y contaminantes del
ambiente, y que apuestan a relaciones armónicas con la Naturaleza, llamado
Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC).
LA COORDINACIÓN DE LAS
LUCHAS, LA UAC
La UAC o Unión de
Asambleas Ciudadanas tiene una presencia virtual y también se reúne
aproximadamente cada tres meses, rotando a través de los distintos lugares
donde se está peleando contra la depredación y la contaminación ambiental. Es
un espacio que se declara autónomo del Estado y de los partidos políticos donde
participan asambleas y organizaciones que luchan contra las diferentes
actividades contaminantes, y que tiene la intención explícita –aunque a veces
no lograda- de funcionar de forma horizontal, es decir, sin dirigentes ni
líderes sino bajo el consenso de ideas y actividades colectivas. Es heterogéneo
y en los encuentros se debate la situación coyuntural y se articulan
actividades para hacer de forma conjunta o sincronizada.
http://asambleasciudadanas.org.ar/ |
El noveno encuentro de la
UAC se hizo en San Juan en abril de 2009 y fue organizado por la Asamblea
Sanjuanina contra la contaminación y el saqueo. Se hizo coincidir el encuentro
de la UAC con un Foro de discusión en el que participaban políticos y
especialistas en temas ambientales y que se realizó en el hall del rectorado de
la Universidad Nacional de San Juan (institución que está muy vinculada a las
empresas de la mega minería, sobre todo a través de su Facultad de Ingeniería).
Esto, sumado a la gran cantidad de gente que desembarcó en la ciudad, generó un
impacto mediático y una reacción fuerte de los pro mineros, quienes criticaron
duramente al Rector Benjamin Kuchen por haber prestado las instalaciones
universitarias, colocaron pancartas que decían la gran mentira de que la
actividad minera da trabajo a 50.000 personas en la provincia, hicieron algo
así como un contra foro en la Facultad de Ingeniería (su búnker) y llevaron a trabajadores
mineros de casco amarillo a provocar a los manifestantes de la UAC que nos
congregábamos en la Plaza 25 para marchar por toda la ciudad. Sin embargo, todo
esto no pudo contra las manifestaciones de apoyo que la población expresaba
ante el avance de la marcha y contra la gran cantidad de gente que participó de
las actividades de la UAC.
La estadía y los debates
se llevaron a cabo en el camping de un sindicato, se organizaron las comidas,
las comisiones de discusión y los plenarios. En la comisión en la que
participamos se propuso discutir yendo de lo general a lo particular,
comenzando con un análisis de la situación latinoamericana, luego tocando los
temas de la UAC: mega minería, agronegocios y conflictos urbanos, atravesados
por la discusión de la lucha en el terreno legal.
En la discusión sobre lo
más general había una fuerte crítica a la lógica de la ganancia empresaria a la
que no le importan las personas ni el medioambiente; también el deseo de
construir organizaciones que no sólo peleen contra la contaminación y el saqueo
sino que comienzan a proponer e implementar nuevas relaciones entre las
personas y con la Naturaleza, que den una salida por la positiva al sistema
actual que está en crisis. También se habló mucho sobre lo educativo y cómo
llegar al conjunto de la población para transformar la cultura del consumo y de
la renta, que lleva a la depredación de la Naturaleza. En este sentido se
resaltó la experiencia de algunos movimientos campesinos y de los pueblos
originarios.
El tema del agua parecía
atravesar todas las problemáticas compartidas en la discusión. La falta de agua
potable en las ciudades para los sectores marginales en barrios y villas, las
enfermedades que de ello se derivan, los basurales que contaminan las napas,
las industrias que contaminan los ríos, el avance de los barrios cerrados que
transforman el ecosistema inundando a las zonas aledañas, la crítica al
funcionamiento mercantilista en la distribución del recurso de las empresas
privatizadas de agua, la lucha de los vecinos por generar las propias formas de
acceder al agua potable, la contaminación de las cuencas acuíferas, el manejo
del agua de los diques, la contaminación del agua con los agroquímicos
utilizados en los cultivos transgénicos, además del agua cianurada por las
empresas mineras.
En este sentido, se propuso una definición del recurso “agua”
como derecho social o bien común, en definitiva, como derecho humano básico,
luchando por su recuperación y desprivatización, excluyendo así cualquier
apropiación rentística del recurso. Asimismo, el agua está en estrecha relación
con el problema de la tierra y del reordenamiento territorial que se está
realizando en las ciudades y en el campo. A partir de esto se discutió el
concepto de territorio como algo más abarcativo que la tierra, tomado de la
concepción de los pueblos originarios, en tanto espacio habitable: tierra,
agua, aire, biodiversidad. El modelo económico de los agronegocios y de la
megaminería, considera al territorio como un recurso del cual extraer ganancia,
desplazando las actividades que hacen a la vida humana y natural. Por ello, la
necesidad de instalar la pregunta de qué, cómo y para quiénes producir.
Se discutieron
actividades y consignas para llevar a los plenarios. Allí cada comisión de
trabajo llevó lo suyo y se organizaron las propuestas para votarlas, así como
también se decidió en dónde sería el próximo encuentro. La toma de decisiones
se hace difícil por momentos, dados los diferentes énfasis que las
organizaciones que participan le ponen a la discusión. Existe una dificultad
para que todas las problemáticas se vean como prioritarias: los que viven en
zonas mineras restan importancia a la contaminación agrotóxica y los que se ven
venir en su territorio la producción de energía atómica se esfuerzan porque
quede primera en el temario. El poder de acción no es tan grande como para
abarcar todo a la vez y se pone como prioridad la lucha contra el veto de la
Ley de Glaciares y parar antes de que empiece el emprendimiento Pascua Lama.
Algunos quedan disconformes porque la UAC no les sirve como paraguas de
contención cuando en sus localidades son amenazados por luchar contra los
pooles[ix] de siembra que
arrasan con todo para poner sus monocultivos transgénicos. Otros piensan que
juntar firmas, hacer presentaciones legales y marchas, no es suficiente y
apuestan en sus lugares a construir comunidades que se autoabastezcan, para
lograr la soberanía alimentaria. Otros consideran que sin los movimientos
campesinos y originarios nada se puede hacer. De a poco se llega a algunos
consensos. Las discusiones que más tiempo insumen son las que tienen que ver con
el funcionamiento interno, y con qué pasa entre encuentro y encuentro. Algunos
ven que cada encuentro es como empezar de nuevo, que no hay continuidad ni
crecimiento; otros ven que cada vez se involucra más gente y que el encuentro
es importante en sí mismo más allá de los resultados visibles en acciones de
protesta. La red está constituyéndose, así también los acuerdos. Hay una fuerte
presencia de estudiantes universitarios, y algunos docentes, que piden
intervenir en las instituciones, en la producción de conocimiento y en la
educación de la población. Hay también muchos ex militantes de partidos de
izquierda que desesperan ante la inorganicidad de la experiencia pero que no
vislumbran otros espacios para la participación. Es realmente heterogéneo y así
como esta característica lo enriquece también lo hace caminar más lento.
Nada concluye, el proceso
sigue
Nadie podría afirmar que
las luchas ambientales en nuestro país son de una manera y no de otra. Podemos
señalar algunas críticas, como lo hicimos en este artículo, con el fin de
aportar al crecimiento de los espacios de debate y acción. Hablamos ya de la
importancia excesiva que se le da a lo jurídico y a los medios masivos de
comunicación.
Pero una de las
dificultades mayores de la lucha ambientalista es la escasa percepción del
problema como algo más general y global. Se lucha puntualmente contra esta
papelera, esta minera, aquel basural o aquella forma de monocultivo, haciéndose
difícil para el conjunto analizar este o aquél problema ambiental como fruto de
un sistema de explotación que busca dominar la naturaleza para beneficio de
intereses particulares antes que trabajar junto a ésta por el bienestar común.
Un sistema cortoplacista al que no le interesa lo que suceda más allá de 20
años más, en el cual quienes tienen poder de inversión pueden ir devastando
todo el planeta sin otra prescripción que ganar cada vez más dinero. Un sistema
que para sostener su legitimidad recrea ideas, costumbres y actitudes
culturales que resaltan positivamente el individualismo, el inmediatismo, la
banalidad, la falta de escrúpulos, el progreso como dominio de la naturaleza,
el avance del hombre como acción civilizatoria contra lo primitivo y antiguo,
lo natural como enemigo de la cultura y ajeno al hombre, el hombre en guerra
contra todo obstáculo que le impida llegar a la riqueza material, la riqueza
material como la cima de las aspiraciones. Pero sobre todo, un sistema que
engendra su propia contradicción, porque mientras nos enseña que nuestro mayor
anhelo debe ser el enriquecimiento material, nos muestra en carne propia que la
mayoría debe trabajar para que pocos sean ricos, que el trabajo en las
industrias del progreso es explotación, insalubridad y muerte, que nadie
garantiza el bienestar de los trabajadores, y que por más que en mi provincia
haya oro, yo no seré nunca rico.
La lucha ambiental es entonces
toda una con la lucha por transformar la forma en que sobrevivimos y nos
organizamos en sociedad, la manera en que vivimos, pensamos y hacemos las
cosas, todos y cada uno.
[i] M. Svampa y M. A.
Antonelli (ed.), Minería transnacional, narrativas del desarrollo y resistencias
sociales, Ed. Biblos, Bs. As., 2009, págs. 33-34. El texto continúa diciendo: “En
el campo de la minería, se estableció un conjunto de medidas que consistieron
en el otorgamiento de beneficios y exenciones al capital transnacional, algunas
de las cuales son las siguientes: estabilidad fiscal por treinta años, exención
de pago de los derechos de importación, deducción del 100% de la inversión en
el impuesto a las ganancias, exención al descubridor del yacimiento del pago
del canon por tres años; en cuanto al pago de regalías, se establece un
porcentaje máximo del 3% al valor boca mina declarado por la empresa (y del
cual se descuentan los costos que implica el proceso desde su extracción hasta
el traslado para la exportación), exención a las empresas del pago de
retenciones por exportaciones y la no obligación de liquidar divisas en el
país.” También el Código Minero fue modificado. “Se eliminaron las limitaciones
en cuanto al tamaño de las concesiones de exploración y explotación, al tiempo
que se ampliaron los plazos de arrendamiento y usufructo de minas. El código
vigente define las minas como bienes privados de la Nación o de las provincias,
según el territorio en el que se encuentren. También declara expresamente que
el Estado no puede explotar ni disponer de ellas y por eso les concede a los
“particulares la facultad de buscar minas, de aprovecharlas y disponer de ellas
como dueños” (Código de Minería, art. 8°). En las minas que contienen
sustancias metalíferas el suelo es definido como “accesorio”, lo cual implica
que no pertenecen al propietario de la tierra en la que fueron descubiertas
sino a la provincia.”
[ii] Veladero es el
nombre actual del emprendimiento minero de Barrick. Obtiene este nombre de un
lugar sagrado indígena en el que velaban a sus muertos.
[iii] “En 1999 nueve de
las mayores empresas transnacionales mineras encargaron al Instituto
Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo (IIED) el programa
Minería, Minerales y Desarrollo Sustentable (MMSD)” que se asume como “proceso independiente
de consulta e investigación”, paso previo a la creación del Consejo
Internacional de Minería y Metales (ICMM), representante de las compañías
líderes a nivel mundial que desean “avanzar en su cometido hacia el desarrollo
sustentable”. “Según su cronología pública, durante 2003 “los miembros de ICMM
reconocen los valores ambientales de ciertas áreas protegidas y prometen no
hacer minería ni explorar en áreas de Patrimonios de la Humanidad” (… ) “Como
se sabe, la patrimonialización de áreas, como en el caso de la biosfera de San
Guillermo, provincia de San Juan, donde está el proyecto Veladero a cargo de
Barrick Gold Corp., demuestra lo contrario, además de iluminar la densidad que
vincula a los funcionarios con las empresas y el uso del Estado por y para las
transnacionales; mediante la cesión privatizadora de tierras patrimonializadas.
También se verifica en la actualidad respecto a la Quebrada de Humahuaca, y
asimismo ocurrió en las “disputas” con el estado provincial en relación con el
patrimonio arqueológico de Ongamira, provincia de Córdoba.” (M.A. Antonelli,
“Minería transnacional y dispositivos de intervención en la cultura. La gestión
del paradigma hegemónico de la “minería responsable y desarrollo sustentable””,
pág. 57- 69, en: Svampa y Antonelli (ed) op. Cit.
[iv] Las provincias que
votaron leyes que prohíben algún aspecto de la actividad minera metalífera son:
Chubut, Río Negro, Tucumán, Mendoza, La Pampa, Córdoba y San Luis. En La Rioja,
la ley votada en la Legislatura fue luego anulada por el gobernador, así como
lo hizo la presidenta de la nación con la Ley de Glaciares.
[v] Hablaremos de ésta
más adelante.
[vi] El programa se
llamaba La Liga, era un programa de investigación que denunciaba algunas
situaciones que podrían ser habitualmente veladas por otros programas
televisivos.
[vii] En esta Asamblea
de los Martes participaron ciudadanos independientes y agrupados en: la
Asamblea contra la contaminación y el saqueo, el Frente Cívico por la Vida, la
Fundación Ciudadanos Independientes (FUCI), Viñateros Independientes, y
partidos políticos de izquierda (PCR, MST). Luego fueron dejando de participar
las organizaciones y la Asamblea contra la contaminación y el saqueo se
“fundió” con la Asamblea de los Martes.
[viii] La Asamblea contra
la contaminación y el saqueo organizó, en Campo Afuera, una “Jornada ambiental”
en la plaza del barrio con visita vecino a vecino, exposición de artesanías,
función de títeres y charla participativa con la comunidad. Las consignas
convocantes eran: “Seamos partícipes de nuestro futuro. Si a la Vida, No a las
mineras contaminantes”. Nos relataban que cuando invitaban, en el diálogo con
los vecinos, tres días antes de la actividad, se percibía cierta aceptación: se
habían enterado del tema por radios como Las 40 y Radio de los Municipales y
apoyaban la lucha. Sin embargo el día de la actividad decidieron no acercarse,
ya sea por timidez, miedo o prejuicio.
[ix] Pool de siembra es
una junta de capitales que le arrendan los campos a los pequeños productores,
los desalambran y siembran grandes extensiones de monocultivos transgénicos de
soja y maíz, fumigados con agrotóxicos que contaminan los suelos, las aguas y
las poblaciones aledañas.
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